NO ESTOY EN EL ESCENARÍO, ESTOY DETRÁS.
Comenzaremos por las preguntas que normalmente nos hacemos.
Tener preguntas es natural, porque si pienso que conozco algo demasiado vivo mucho más la decepción, pero si estoy abierta a descubrir, puedo descubrir muchísimas cosas, ej. Nuevas maneras de construir diferentes, mucho más, sutiles más profundas, más consciente para poder ser más feliz y saber que es lo correcto.
A veces suceden cosas que rechazamos y con las que peleamos, pero todo eso tiene que suceder porque aquí en esta existencia hay fuerzas opuestas dentro de cada uno de nosotros.
Unas vienen de la mente y las otras vienen del corazón.
El mundo de la mente está queriendo cosas y el mundo del corazón no quiere nada.
Nosotros somos corazón y venimos del corazón, pero en la manifestación de esta existencia necesitamos estas formas para tener y vivir la experiencia para que podamos probar la diversidad, el cambio, el contraste y mucho más.
Estamos identificados con el cuerpo, creemos que somos el cuerpo y esa forma de pensamiento que entra a identificarse con él es lo que creemos que somos y de esa forma la conciencia natural de nosotros mismos, de nuestro Ser original queda eclipsada y la olvidamos y nos convertimos en solo la persona, que solo es una forma de condicionamiento más limitada donde vivimos la personalidad y la dualidad.
Estos son campos intensos dinámicos y muy poderosos con los que estamos fascinados y con los que una vez nos manifestamos en esta forma de individualidad nos volvimos adictos a la experiencia.
"Quizás" por razones de causa mayor estamos obligados a pasar por ello para actuar o desenvolvernos de otra forma.
Nos encanta la vida y cada parte de ella, incluso las cosas amargas, las cosas dolorosas, el cambio, la transformación la amargura, la expectativa, los éxitos, las promesas, los fallos, el drama, si el drama, nos encanta el drama... y expresamos todo está experiencia diciendo que lo amamos o lo odiamos.
Este es el campo dinámico de la existencia y el Ser Humano es la forma en la cual la consciencia puede experimentarse a sí misma más conscientemente y lo hace a través de la forma humana.
Puedo observar la vida, puedo observar la respiración, puedo observar los pensamientos, puedo observar la emoción, puedo observar cosas que ni siquiera tienen nombre, puedo observar sutilezas, como el tiempo, el cambio.
Entonces, si puedo observar todas esas cosas, ¿Quién soy yo que las observa?
¿Qué es lo que está mirando esas cosas?
Observo esas formas de pensamiento vienen y van y es ahí, donde observo que no soy eso.
Algo está mirando ese ir y venir y ahí es donde puedo ver que no estoy en el escenario, sino estoy detrás de él observándolo todo.
¡Que descubrimiento!
A veces siento miedo y digo ¡oh Dios mío! pero si observo que es una forma de pensamiento que va y viene me hago consciente de que somos la consciencia misma y eso no se puede confundir.
¡No es fantástico descubrir esto!
Todo lo que estoy observando afueras está dentro y fuera de este cuerpo y todo lo que veo, no es más que la consciencia observando y ahora me vuelvo consciente de eso.
Estamos detrás de todo.
Nada puede tocar eso, somos la consciencia y lo que verdaderamente somos no tiene cuerpo, ni edad, ni tiene tiempo.
Lo que verdaderamente somos es
la eternidad y eso, nunca muere.